miércoles, 23 de febrero de 2011

Los dos lobos

Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas.
El dijo, "Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros.
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"Uno es Malvado - Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego..
"El otro es Bueno - Es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe."
El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo gana?” El viejo Cherokee respondió, "Aquél al que tú alimentes."

miércoles, 16 de febrero de 2011

LA TEORÍA DEL CUCHARÓN Y EL CUBO

Cada uno de nosotros posee su propio cubo. El cubo se llena o vacía permanentemente en función de lo que otros nos dicen o nos hacen. Cuando nuestro cubo está lleno, nos sentimos bastante bien; cuando está vacío, fatal.
Cada uno de nosotros dispone también de un cucharón. Cuando empleamos nuestro cucharón para llenar los cubos de los demás -siempre que hacemos o decimos algo que eleve sus emociones positivas- también estamos llenando nuestro propio cubo. Cuando utilizamos nuestro cucharón para vaciar los cubos de los demás -siempre que hacemos o decimos algo que afecte sus emociones positivas- nos vaciamos nosotros mismos.
Igual que las copas llenas a rebosar, un cubo lleno nos proporciona una perspectiva positiva y energías renovadas. Cada gota del cubo nos fortalece y nos refuerza nuestro optimismo.
Sin embargo, un cubo vacío nubla nuestra mirada, disminuye nuestra energía y debilita nuestra voluntad. Por eso, cuando alguien se dedica a vaciar nuestro cubo nos duele.
De esta manera cada día nos encontramos ante una disyuntiva: podemos llenar los cubos de los demás o podemos vaciarlos. Se trata de una elección fundamental, capaz de afectar profundamente nuestras relaciones, nuestra capacidad de trabajo, nuestra salud y nuestra felicidad”.
Cómo cambia la actitud de una persona según los mensajes que recibe. Cuánto más fácil es cosechar amabilidad si uno la siembra. Creo que pocas cosas hay más irresistibles que una sonrisa. Yo lo tengo comprobado. Cuando le sonríes a alguien, casi siempre, recibes una sonrisa. Además, sonreír hace que tu actitud cambie. Cuando voy a dar una platica, a hablar con alguien que me resulta difícil o cuando hago una llamada telefónica me obligo a mí mismo a sonreír. Esa actitud se transmite y la otra persona la capta, aunque no te vea. A veces, incluso sonrío por la calle a quien no conozco, al conductor que me deja pasar , a quien me sujeta una puerta, a los niños con los que me cruzo etc. ¡Quién sabe si esa es la única sonrisa que reciben en el día! Y aunque no lo sea, nunca recibimos demasiadas sonrisas ni demasiadas palabras amables.
Una palabra, una gesto, una sonrisa, un mensaje son gotas que contribuyen a llenar tu cubo y el de los demás ¿A qué esperas para mandar tus gotas?