jueves, 21 de octubre de 2010

El hombre más generoso de China

Hace unos meses leí la noticia de Yu Pengnian, un empresario chino había donado toda su fortuna a obras de caridad. Yu Pengnian ha dejado más 900 millones de euros a los más necesitados y se ha convertido así en el principal filántropo del gigante asiático.

El magnate chino, que construyó su fortuna en el negocio inmobiliario y a sus 88 años, ha vuelto ha decidido donar toda su fortuna para los mas desfavorecidos "Ésta será mi última donación. No tengo nada más que dar", declaró. "Todo será para fines caritativos, nadie heredará nada, no se destinará nada a hacer negocios", añadió. La Fundación Yu Pengnian tiene 195 millones de euros en depósitos bancarios y unas propiedades valoradas en más de 750 millones de euros, que generarán cada año otros 37,5 millones

Los hijos del millonario chino, no verán ni un yuan del gran patrimonio de su padre, construido gracias a sus negocios en el sector inmobiliario. "No dejaré mi fortuna a mis hijos". Y explica los motivos de su decisión: "Si mis hijos son más capaces que yo, no es necesario que les deje un montón de dinero. Si son incompetentes, tener mucho dinero sólo les perjudicará".
El dinero se invertirá en salud y educación para los más desfavorecido. Desde 2003, la fundación ha financiado más de 150.000 operaciones de cataratas. "Ha ayudado económicamente a personas con cataratas porque él tuvo este problema en la vista", aseguran. La fundación también ha contribuido a la creación de varios colegios en las zonas rurales del oeste de China

Yu, que ocupa el puesto número 432 de la lista de los chinos más ricos, quiere dar ejemplo al resto de los millonarios de su país, aunque es consciente de que no va encontrar muchos imitadores. "Mi fortuna es sólo una gota en el océano comparada con la de ellos, pero mi punto de vista es muy diferente al de otros", manifestó. "Me gusta apoyar a los pobres porque yo también fui pobre y entiendo su miseria".


La verdad es que al leer la noticia, me quedé muy pensativo, dándole vueltas al planteamiento, la herencia, sus hijos, los cientos de miles de favorecidos por su gran gesto... He de reconocer que lo primero que sentí fue una gran admiración por el personaje, y al rato me puse a pensar, casi reivindicativamente, que ya podrían el resto de millonarios de China seguir su ejemplo, y por qué no: todos los del mundo!! Al segundo caí en la cuenta (no sin cierto sonrojo) de que yo ni me había planteado nada parecido, con la única excusa de no ser millonario... aún sigo dándole vueltas.

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