jueves, 31 de mayo de 2007

Pajarillos

Érase una vez un pájaro, adornado con un par de alas perfectas y plumas relucientes, coloridas y maravillosas. En fin, un animal hecho para volar libre e independiente, para alegrar a quien lo observase. Un día, una mujer lo vio y se enamoró de él. Se quedó mirando su vuelo con la boca abierta de admiración, con el corazón latiéndole más de prisa, con los ojos brillantes de emoción. Lo invitó a volar con ella, y los dos viajaron por el cielo en completa armonía. Ella admiraba, veneraba, adoraba al pájaro.
Pero entonces pensó: “ Tal vez quiera conocer algunas montañas distantes!. Y la mujer tuvo miedo. Miedo de no volver a sentir nunca más aquello con otro pájaro. Y sintió envidia, envidia de la capacidad de volar del pájaro.
Y se sintió sola.
Y pensó: “ Voy a poner una trampa. La próxima vez que el pájaro venga, no volverá a marcharse”.
El pájaro, que también estaba enamorado, volvió al día siguiente, cayo en la trampa y fue encerrado en la jaula.
Todos los días ella miraba el pájaro. Allí estaba el objeto de su pasión, y se lo enseñaba a sus amigas, que comentaban: Eres una persona que lo tienes todo.
Sin embargo, empezó a producirse una extraña transformación: como tenia al pájaro, y ya no tenia que conquistarlo, fue perdiendo el brillo, se puso feo, y ella ya no le prestaba atención, excepto para alimentarlo y limpiar la jaula.
Un buen día, el pájaro murió. Ella se puso muy triste, y no dejaba de pensar en él. Pero no recordaba la jaula, recordaba solo el día que lo había visto por primera vez, volando contento entre las nubes.

Si profundizase en mí misma, descubriría que aquello que me emocionaba tanto del pájaro era su libertad, la energía de las alas en movimiento, no su cuerpo físico.
Sin el pájaro, mi vida también perdió sentido, y la muerte vino a llamar a mi puerta. ¿ Por qué has venido?, le pregunte a la muerte.
Para que puedas volar de nuevo con él por el cielo, respondió la muerte.
Si lo hubieses dejado partir y volver siempre, lo admirarías y lo amarías todavía más; sin embargo, ahora necesitas de mí para poder encontrarlo de nuevo.

miércoles, 30 de mayo de 2007

viernes, 25 de mayo de 2007

DESAPRENDER

La educación consta, sobre todo, de lo que hemos desaprendido.
Mark Twain



Seguramente alguna vez se habrá preguntado cómo llegó a ser la persona que es. Si viajamos por un momento a nuestro pasado y evocamos nuestra vida familiar, recordaremos la manera en que nuestros padres se comportaban; cómo se relacionaban entre ellos, con nosotros, los amigos, el trabajo; si eran o no sociables, alegres, amables... Es posible que en estas actitudes nos reconozcamos en mayor o menor medida. Y es que, aunque no somos conscientes de ello, nos construimos imitando comportamientos, formas de ser y de pensar.

Si en este momento hiciéramos una evaluación de nuestra vida, probablemente encontraríamos detalles o partes de nuestra forma de ser que podríamos cambiar o mejorar. Si reconocemos eso que no acaba de gustarnos de nosotros mismos e identificamos dónde aprendimos a ser así, qué nos llevó a comportarnos de tal o cual manera, y consideramos la posibilidad de deshacernos de ese aprendizaje, podríamos abrir nuevos caminos en la construcción de nuestra personalidad.

La hija preguntó a su madre cuál era la razón por la que le cortaba la cola al pescado para cocinarlo. La madre le respondió que era una antigua tradición familiar. La hija, curiosa, le preguntó a su abuela por qué en la familia tenían esta costumbre. La abuela respondió: cuando me casé tenía una cacerola muy pequeña en la que no cabía el pescado con cola, por eso se la cortaba.

Pasos hacia atrás

Desaprender equivale a desandar un camino recorrido varias veces. El surco está marcado y es difícil salirse de él. Para tomar otra dirección tenemos que regresar al principio y entonces elegir otro sendero. Nuestras neuronas hacen conexiones que nos llevan a actuar de una manera determinada. Eso fue lo que aprendimos y, con la repetición de esas conductas, las uniones se fortalecen. Para romper estas inercias hay muchos métodos; algunos apelan a nuestro subconsciente y otros a nuestra racionalidad. Lo interesante es el paisaje rico en opciones que nos revela la posibilidad de encontrar otras formas de ser y pensar.

Desaprendizaje reflexivo

Una alternativa para desaprender puede ser un método reflexivo.

· Lo primero que se necesita es identificar el problema o la situación que nos molesta. No es fácil darnos cuenta de qué es lo que tenemos que cambiar porque a veces las creencias o los hábitos que los producen se esconden o disfrazan. La mejor manera de hacerlo es reflexionando: ¿qué puedo mejorar de este aspecto?

· El siguiente paso es investigar en nuestra historia para definir de dónde viene y cómo se formó eso que queremos desaprender. Este análisis puede ser pensado o escrito.

· Una vez que lo tenemos claro, podemos desmenuzar nuestro hábito o creencia: de qué elementos está formado, qué lo provoca, para qué nos sirvió en su momento. Si dividimos algo en sus partes es más fácil abordarlo y modificar paso a paso.

· A veces no actuamos de manera diferente porque no sabemos o no somos conscientes de que existen otras formas de comportarnos. Para desaprender una conducta es necesario plantearse maneras alternativas de acción.

· En este punto ya podemos revisar qué sirve de lo que tenemos y qué puede sustituirse.

· Gracias a este análisis es posible hacer un plan con acciones concretas y ponerlo en práctica. Si cambiamos el pensamiento podemos cambiar la conducta.

Olvidar o desaprender

Olvidar es dejar de tener algo en la memoria. Cuando decimos que olvidamos algo es como si desapareciera: por más que buscamos no podemos encontrarlo. Eso nos pasa cuando no recordamos un teléfono o el nombre de alguna persona. Desaprender no significa borrar una creencia o conducta que solíamos tener. Se refiere más bien a analizar eso que hoy ya no es útil y con esa base construir un nuevo aprendizaje: no arrancamos de raíz, sino que utilizamos lo que sabíamos o hacíamos como experiencia y punto de partida.

Aprender a cuestionar

Desaprender es dudar de lo que consideramos como una verdad lógica y absoluta para poder evaluar y modificar creencias, actitudes, conocimientos o hábitos que nos impiden desarrollarnos y vivir plenamente. Si nos preguntamos el sentido o significado de muchas de nuestras acciones, podremos saber qué las genera y si son aplicables a nuestro momento actual. Así que cuestiónese periódicamente lo que hay detrás de sus actos; los aprendizajes y desaprendizajes deben ser frecuentes, pues el mundo cambia y nosotros con él.

Ejercicio

Piense en algún error o revés que haya tenido en los últimos días


· ¿Qué fue lo que hizo mal?

· ¿De dónde vino esa acción? ¿Qué la produjo? ¿Dónde aprendió a responder así?

· ¿Por qué cree que esta actitud le fue útil en algún momento? ¿Por qué la adquirió?

· ¿Cuáles son las partes que forman esa conducta?

· ¿De qué otras maneras pudo haber actuado? Piense al menos en tres alternativas positivas

· ¿Qué partes de ese comportamiento le son útiles y cuáles no?

· Haga un plan de acción para cambiar la manera de actuar que no le funciona

lunes, 14 de mayo de 2007

las cosas quedan las gentes se van...

En una ciudad nacieron dos hombres, el mismo día, a la misma hora en el mismo lugar. Sus vidas se desarrollaron y cada uno vivió muchas experiencias diferentes. Al final de sus vidas ambos murieron el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar. De acuerdo a la leyenda se dice que al morir tenemos que pasar por un gran portal de oro puro, donde allí un guardián, nos hace ciertas preguntas para permitirnos pasar.

El primer hombre llegó y el guardián le pregunta: Qué fue de tu vida?

El respondió: "conocí muchos lugares, tuve muchos amigos, hice negocios que produjeron grandes riquezas, mi familia tuvo lo mejor y trabaje duro". el guardián le pregunta:

Qué traes contigo? El responde: "todo ha quedado allí, no traigo nada". Ante esto el guardián responde: Lo siento no puedes pasar debido a que no traes nada contigo". Al escuchar estas palabras el hombre llorando y con gran pena en su corazón se sienta a un lado a sufrir el dolor de no poder entrar. . . . .

El segundo hombre llegó y el guardián le pregunta:
-Qué fue de tu vida?
El responde: -desde el momento en que nací, fui un caminante, no tuve riquezas, solo busqué el amor en los corazones de todos los hombres, mi familia me abandonó y en realidad nunca tuve nada. . . .
El guardián le pregunta: -Encontraste lo que buscabas?
-Si, ha sido mi único alimento desde que lo encontré. . . . .
-Muy bien puedes pasar! . . . Pero ante esta respuesta el hombre responde:

"El Amor que he encontrado es tan grande que lo quiero compartir con este hombre sentado al lado del portal, sufriendo por su fortuna. . ."
Dice la leyenda que su amor era tan grande que fue suficiente para que ambos pasaran por el portal.

lunes, 7 de mayo de 2007

APRENDIZAJE

Después de un tiempo,

uno aprende la sutil diferencia

entre sostener una mano

y encadenar un alma.

Y uno aprende

que el amor no significa acostarse

y una compañía no significa seguridad,

y uno empieza a aprender...

que los besos no son contratos

y los regalos no son promesas

y uno empieza a aceptar sus derrotas

con la cabeza alta y los ojos abiertos

y uno aprende a construir

todos sus caminos en el hoy,

porque el terreno de mañana

es demasiado inseguro para planes...

y los futuros tienen una formade caerse en la mitad.

Y después de un tiempo

uno aprende que si es demasiado,

hasta el calorcito del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín

y decora su propia alma,

en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,

que uno realmente es fuerte,

que uno realmente vale,

y uno aprende y aprende...

y con cada día, uno aprende.




J. L. BORGES

viernes, 4 de mayo de 2007

el mensaje



Cuentan que……. un hombre llegó a un jardín cuando las luces del crepúsculo se cubrían de púrpura en el horizonte. En su rostro se podían observar las señales del mal trance que atravesaba desde pocos días atrás. Después de años y años de lucha y esfuerzos, aquel hombre lo había perdido todo en un giro
caprichoso del destino, y ahora se preguntaba si había valido la pena tanto empeño como el que había depositado en sus sueños, si la vida tenia algún sentido.
El hombre ante la belleza del atardecer, en el extremo del jardín y arropado en la profundidad del paisaje se entregó a sus reflexiones. Y pensando en Dios se dijo: No se por qué me has hecho esto, ni qué sentido tiene mi vida ahora- susurró con su mirada clavada en el cielo. El silencio de aquel inmenso jardín, con todo su esplendor y grandeza fue su única respuesta a su lamento. Prosiguió diciéndose: si al menos me dieras alguna señal de que me escuchas, algo que me permitiera seguir adelante….
Una tenue brisa de aire le acarició el rostro…. Pero el hombre no comprendió, se levantó y se sumergió entre las frondosas sombras de una encina. Ya iba a salir a un claro lugar donde a adornaban toda clase de flores silvestres y plantas aromáticas cuando de pronto sintió un golpe en la cabeza, al tiempo que vio caer a sus pies una enorme bellota de encina.
El hombre se detuvo extrañado, frotándose la cabeza con la mano mientras miraba hacia las alturas de la bóveda formada por los árboles. Luego miró la bellota que permanecía en el suelo y se agachó a recogerla.- Una semilla…- dijo sorprendido.
Se quedo mirándola durante un largo rato, y luego, poco a poco, comenzó a reír.- La vida continua- murmuró para si.
En el mismo lugar en donde había caído la bellota excavó con sus dedos un pequeño hoyo y la enterró.
-Tras la soledad y la oscuridad de tu encierro, volverás a la luz convertida en un árbol – dijo en un susurro-. Bendita seas, por que Dios, y mi mujer desde el cielo… Te han enviado a mí para demostrarme que yo también, desde la oscuridad, puedo volver a la luz con un sueño más grande y hermoso por cumplir. Ahora se que no estoy solo. Y poniéndose en pie, siguió su camino.